martes, 25 de noviembre de 2008

SALMO 91 DE PROTECCIÓN

1 Tú que habitas al amparo del Altísimo,
a la sombra del Todopoderoso,
2 dile al Señor: mi amparo, mi refugio
en ti, mi Dios, yo pongo mi confianza.
3 El te libra del lazo del cazador
que busca destruirte;
4 te cubre con sus alas
y será su plumaje tu refugio.
5 No temerás los miedos de la noche
ni la flecha disparada de día.
6 ni la peste que avanza en las tinieblas
ni la plaga que azota a pleno sol.
7 aunque caigan mil hombres a tu lado
y diez mil a tu diestra,
tú permaneces fuera de peligro;
su lealtad te escuda y te protege.
8 Basta que tengas tus ojos abiertos
y verás el castigo del impío
9 tú que dices: "Mi amparo es el Señor"
y que haces del Altísimo tu asilo.
10 No podrá la desgracia dominarte
ni la plaga acercarse a tu morada,
11 pues ha dado a sus ángeles la orden
de protegerte en todos tus caminos
12 En sus manos te habrán de sostener
para que no tropiece
tu pie en alguna piedra;
13 andarás sobre víboras y leones
y pisarás cachorros y dragones.
14 "Pues a mí se acogió, lo libraré,
lo protegeré, pues mi Nombre conoció.
15 Me llamará, yo le responderé
estaré con él en la desgracia.
16 Lo salvaré y lo enalteceré.
Lo saciaré de larga vida
Y haré que pueda ver mi salvación".

* Los Salmos adquieren una particular energía y misticismo si son dichos (en voz alta) a la mañana muy temprano o en la tardecita, luego de que cae el sol.

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